En 2021 los mercados financieros internacionales registraron un comportamiento positivo, a pesar de la volatibilidad relacionada no sólo a los efectos de la pandemia, sino también a la expectativa sobre el panorama de la inflación y la posibilidad de retiros anticipados de los estímulos monetarios. Esto aumentó la posibilidad de que los bancos centrales de las economías desarrolladas disminuyan sus impulsos monetarios, lo que tiene efectos desfavorables en los mercados emergentes de Latinoamérica.
La perspectiva de crecimiento económico a nivel mundial en el 2021 fue de 5.8%, por el déficit en la balanza de servicios que estuvo influido principalmente por un desgaste en la cuenta de prestación de transporte y demás servicios, que elevó el alza de las importaciones de bienes. En cuanto al déficit de la balanza de rentas por otro lado, tuvo un aumento en 2021, inicialmente a la mayor expedición de utilidades por parte de empresas de inversión extranjera, en el contexto del alza de precios de los productos básicos, con esto la cuenta corriente de la balanza de pagos en un índice deficitario en 2021 se estableció en un -0.6% del PIB. Dada la oscilación para este 2022 se espera un promedio del 4.9% debido a los problemas logísticos con los dos principales socios comerciales de la región, Estados Unidos y China, por los altos costos del transporte marítimo y la demora de los mismos.
Enormes desafìos económicos en Latam
La mayor expectativa del crecimiento en la región latinoamericana, es de los sectores económicos más afectados en pandemia (construcción, comercio, manufactura, transporte y comunicaciones) y los cuales en el segundo trimestre del 2021 presentaron un alza generalizada, aunque sin dejar de lado a los demás sectores, los cuáles también anunciaron muy buena recuperación entre 2020 y el primer trimestre del 2021, ya que no solo aumentaron los empleos formales de estos sectores sino que redundó la tasa de empleo informal.
Se supone que en el 2022 las economías desarrolladas son las únicas que registrarían un aumento económico mayor o igual, al anterior de pandemia, pero con el crecimiento que demostraron los startups de la región latinoamericana en los dos últimos años puede presentar una variación positiva.
Se debe tener en cuenta que un elemento que afectará el dinamismo de la política monetaria de la region es el despliegue de la inflación desde el segundo semestre del 2020, se sabe que ha sido de manera general, aunque el mayor nivel se registra en países de América del sur, en el cual a septiembre de 2021 presentó el 7.0% lo que se considera en un aumento de 3.9 puntos porcentuales en lo que respecta a diciembre de 2020. Como a nivel mundial determinados factores en cuanto a oferta y demanda demuestra el repunte de la inflación en la región, entre los cuáles predominan las tenciones comerciales mundiales, las suspensiones en las cadenas logísticas y las altas depreciaciones en las monedas regionales han afectado la dinámica de la inflación regional.
Política monetaria
En el 2022 se considera mantener una política fiscal en pro del crecimiento económico de Latinoamérica, que apoye una expansión de la inversión y coopere en las complejidades macroeconómicas, impulsando la recuperación de los sectores económicos sentando bases para un crecimiento sostenible, pero el aumento de los precios de los insumos y las dificultades en las cadenas de suministros podrían persistir como mínimo hasta mediados de 2022.
En cuanto a los flujos de capitales netos hacia los mercados emergentes se consideran favorecidos por el ambiente de baja volatibilidad y continuaron con la inclinación de alza que inicio a mediados de 2020 y se mantuvo estable durante el 2021.
Esto no compromete una disminución en la hoja de balance de la autoridad monetaria, si no un ritmo menor de crecimiento mensual.
La lucha contra la inflación se tendrá que combinar con políticas estructurales que potencialicen el crecimiento, ya que las economías de América Latina están perdiendo el impulso a pesar de haber tenido bastante fuerza con el sólido crecimiento de los socios comerciales, el alza de los precios de materias primas y adecuadas condiciones de financiamiento externo.
En cuanto al 2022 se pronostica que el crecimiento se reduce a 2.4%, respecto al 3% de octubre de 2021.
Aumento de precios
El 2021 fue un año caracterizado por una ascendente inflación en las economías más grandes de Latinoamérica, los precios presentaron un alza de 8.3% en ese año, que fue uno de los más altos registrados en los últimos 15 años.
Esto se evidencia debido al alza de precios de los alimentos y energía. En cuanto a la inflación subyacente que discrimina dichos precios, presenció un avance de 6.3%, el cual fue rápido y hace entender que fue de manera más generalizada, y se ubica por encima de las tendencias anteriores a pandemia, en lo percibido a otros mercados emergentes fue 5.3% en promedio.
Podemos definir que el mercado Latinoamericano es uno de los que presenta mayor fuerza y crecimiento para el 2022, a pesar de los aumentos de precios y demás factores, pero la solidez que demuestran los mercados emergentes permite brindar unas cifras favorables en la región. Adicional los startups en la región demuestran un aumento progresivo lo cual beneficia la economía de la región bajando tasas de desempleo y elevando el PIB.
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